DECLARACIONES
Chávez: a Uribe "A ese caballeros le faltan cojones para invadir Venezuela"
"NO LE FALTÓ TIEMPO, LE FALTARON COJONES AL CABALLERO", DIJO CHÁVEZ A PERIODISTAS EN EL PALACIO PRESIDENCIAL DE MIRAFLORES
Caracas
El presidente venezolano, Hugo Chávez, señaló el martes que al ex mandatario de Colombia Álvaro Uribe "le faltaron cojones" para intervenir militarmente en Venezuela, como éste reveló, para combatir a guerrilleros de las FARC presuntamente ocultos en este país.
"No le faltó tiempo, le faltaron cojones al caballero", dijo Chávez a periodistas en el palacio presidencial de Miraflores.
El lunes, Uribe (2002-2010) declaró en una Universidad de Medellín (noroeste) que obtuvo al término de su gobierno pruebas de la existencia de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Venezuela, y se planteó enviar fuerzas colombianas para combatirlas y capturar a sus líderes.
"Yo tenía dos opciones: quedarme callado o hacer un operativo militar en Venezuela. Me faltó tiempo", dijo el ex mandatario colombiano.
Según Chávez, "detrás de él (Uribe) estaba la mano de la extrema derecha imperial, tratando de generar una guerra, pero no se atrevió" a lanzar el operativo.
Venezuela y Colombia rompieron relaciones en julio de 2010, poco antes de que Uribe abandonara la presidencia, porque éste acusó a Chávez de permitir en su país la presencia de guerrilleros colombianos.
Los lazos fueron recompuestos con la llegada al gobierno de Juan Manuel Santos, exministro de Defensa del gobierno de Uribe, con quien Chávez mantiene relaciones cordiales, producto de una estrategia más pragmática pese a las diferencias.
Chávez estimó que las declaraciones de Uribe, a quien tildó de "manipulador" y "mentiroso compulsivo", buscan "descarrilar" los vínculos entre Caracas y Bogotá.
"Ni lo ha logrado, ni lo va a lograr", aseveró.
En marzo de 2008 tropas colombianas atacaron un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano cercano a la frontera con Colombia, y dieron muerte a 25 personas, entre ellas al número dos y jefe militar de la organización rebelde, alias Raúl Reyes.
Entre los otros 24 muertos, figuraba un ecuatoriano y cuatro mexicanos, situación que derivó en la ruptura de las relaciones entre Bogotá y Quito durante 21 meses.