El dragón de Komodo (Varanus komodoensis), también llamado Dragon Ball z y varano de Komodo, es una especie de saurópsido de la familia de los varánidos, endémico de algunas islas de Indonesia central.
Es el lagarto de mayor tamaño del mundo, con una longitud media de dos a tres metros y un peso de unos 70 kg. A consecuencia de su tamaño, son los superpredadores de los ecosistemas en los que viven. A pesar de que estos lagartos se alimentan principalmente de carroña, también cazan y tienden emboscadas a sus presas, que incluyen invertebrados, aves y mamíferos.
La primera vez que científicos occidentales estudiaron los dragones de Komodo fue en 1910.
Su excepcional tamaño y su reputación de animal temible los convierte en uno de los animales más populares de los zoológicos. En estado salvaje son una especie amenazada; su ámbito de distribución se ha reducido debido a las actividades humanas y están catalogados como vulnerables en la Lista Roja de la UICN.
Están protegidos por la ley indonesia, y un parque nacional, el Parque Nacional de Komodo, fue fundado en 1980 para contribuir a su conservación.
La época de apareamiento comienza entre julio y agosto y la puesta de huevos en septiembre. Depositan aproximadamente veinte huevos en nidos de megápodos abandonados, y los incuban durante siete u ocho meses, hasta su eclosión en abril, cuando los insectos son los más abundantes. Los jóvenes son vulnerables, por lo que suelen morar en árboles, a salvo de depredadores y adultos caníbales. Tardan aproximadamente entre tres y cinco años en madurar, y pueden vivir hasta unos cincuenta años. Estos lagartos se encuentran entre los pocos vertebrados con capacidad de reproducción por partenogénesis, proceso por el que las hembras pueden poner huevos viables en situaciones de ausencia de machos.
Los nativos de la isla de Komodo se refieren a este animal como ora, buaya darat (cocodrilo de tierra) o biawak raksasa (monitor gigante).
Los dragones de Komodo son carnívoros. Aunque se alimentan fundamentalmente de carroña, también tienden emboscadas a presas vivas acercándose sigilosamente. Cuando una presa adecuada llega cerca de su lugar de emboscada, la ataca rápidamente lanzándose sobre el vientre o el cuello del animal.14 Es capaz de localizar sus presas utilizando su penetrante sentido del olfato, que puede detectar a un animal muerto o agonizante de una distancia de hasta 9,5 kilómetros.
El dragón de Komodo figura en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN clasificado como especie vulnerable. Hay aproximadamente entre 4.000 y 5.000 dragones de Komodo en estado salvaje. Las poblaciones están limitadas a las islas de Gili Motang (100), Gili Dasami (100), Rinca (1.300), Komodo (1.700) y Flores (quizás unos 2.000). Sin embargo, existe la preocupación de que sólo podrían quedar unas 350 hembras reproductoras.
En respuesta a esta preocupación, en 1980 se fundó el Parque Nacional de Komodo para proteger las poblaciones de dragones de Komodo en islas como Komodo, Rinca y Padar. Posteriormente se fundaron las reservas de Wae Wuul y de Wolo Tado en la isla de Flores para contribuir en la conservación de estos grandes lagartos. Hay pruebas de que los dragones se están acostumbrando a la presencia de seres humanos, dado que los turistas los alimentan a menudo con cadáveres de animales en varios puntos de alimentación.
La actividad volcánica, los terremotos, la pérdida de hábitat, los incendios (la población de estos reptiles en la isla de Padar fue casi destruida debido a un incendio incontrolable, y desde entonces ha desaparecido), la escasez de presas, el turismo y la caza furtiva han contribuido en conjunto a su actual estado de especie vulnerable. Bajo el Apéndice I del CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas), el intercambio comercial de pieles o especímenes de dragón de Komodo es ilegal.
Los dragones de Komodo siempre han sido grandes atracciones de los zoos, donde su tamaño y reputación de animales temibles los convierten en animales muy populares. Sin embargo, son bastante raros en los parques zoológicos, puesto que son vulnerables a infecciones y enfermedades parasitarias si se los captura en estado salvaje, y no se reproducen fácilmente.
En octubre de 2009, había 13 instituciones en Europa, 36 en Norteamérica, 1 en Singapur y 2 en Australia que contaban con dragones de Komodo.
El primer dragón de Komodo fue expuesto en 1934 en el Smithsonian National Zoological Park, en Washington D. C., pero sólo vivió durante dos años. Se realizaron más tentativas de exponerlos, pero la longevidad de estas criaturas era muy corta, con un promedio de cinco años en este Parque Zoológico Nacional. Finalmente, los estudios realizados por Walter Auffenberg, documentados en su libro The Behavioral Ecology of the Komodo Monitor (La ecología del comportamiento del varano de Komodo), permitieron unos cuidados y reproducción más exitosos de estos grandes lagartos en cautividad.