
El investigador principal, Roger Davies, afirma que, si bien el registro es demasiado corto para ser definitivo, proporciona un indicio de que algo importante podría estar pasando en la atmósfera terrestre. Aunque se requiere un seguimiento a más largo plazo para determinar los efectos del fenómeno sobre las temperaturas globales, todo apunta a que una reducción constante en la altura de las nubes permitiría a la Tierra enfriarse de manera más eficiente, liberando calor hacia el espacio y contrarrestando así los efectos del calentamiento global, que se volvería más lento. Está previsto que el satélite Terra continúe recopilando datos durante el resto de esta década. Los científicos han anunciado que seguirán de cerca los datos de MISR para ver si la tendencia continúa.
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