Buscar articulos en este Blog. Por ejemplo, Juan Pablo Duarte

martes, 25 de junio de 2013

Descubren tres 'supertierras' con posibilidad de albergar vida

 

Científicos del Observatorio Astral Europeo (ESO) aseguran haber descubierto la existencia de un total de al menos seis planetas que orbitan en torno a la estrella Gliese 667C, tres de los cuales son 'supertierras' con posibilidad de albergar vida.


Según publica la organización en su web oficial, un equipo de astrónomos combinó nuevas observaciones de la estrella con datos del instrumento HARPS, instalado en un telescopio de 3,6 metros en Chile. Gliese 667C, con tan solo un tercio de la masa del Sol, forma parte de un sistema estelar triple conocido como Gliese 667 y se encuentra a 22,7 años luz de distancia del Sistema Solar, en la constelación del Escorpión.

Investigadores de la Universidad de Göttingen, Alemania, y Mikko Tuomi, de la Universidad de Hertfordshire, Reino Unido, han descubierto indicios de la existencia de más de siete planetas que orbitan alrededor de esta estrella, la más débil de un sistema estelar triple. 

Tres de estos son 'supertierras': planetas más masivos que la Tierra, pero menos que Urano o Neptuno, que están situados en la zona que rodea a la estrella y cuyas condiciones harían posible la existencia de agua líquida y, por lo tanto, de vida tal y como la conocemos. Se trata del primer sistema encontrado con una zona habitable totalmente 'acondicionada' en la que orbitan tres cuerpos de este tipo al mismo tiempo. 


La zona de habitabilidad se encuentra integrada en una órbita del tamaño de la de Mercurio, mucho más cerca de la estrella que en el caso de nuestro Sol. El sistema Gliese 667C es el primer ejemplo de un sistema en el que una estrella de baja masa alberga a varios planetas potencialmente rocosos en la zona de habitabilidad, explica el ESO. 



Las sustancias tóxicas de Marte ayudarán a sobrevivir y volver a Tierra




El perclorato, el componente más tóxico del suelo de Marte y muy perjudicial para el ser humano y las plantas, podría ser extremadamente útil para la colonización del planeta y para ayudar a los astronautas a regresar a la Tierra.


Investigadores del instituto estadounidense de búsqueda de inteligencia extraterrestre SETI, dirigidos por el español Alfonso Davila, han estudiado varios aspectos de las sustancias tóxicas presentes en el planeta rojo, y han destacado que podrían llegar a ser muy útiles para los futuros vuelos a Marte. 

Los percloratos, sales o ésteres de ácido perclórico, forman entre el 0,5% y el 1% del suelo de Marte conocido hoy en día. Los percloratos se forman en el suelo marciano a partir de cloruros a causa de la acción de la luz ultravioleta no bloqueada por la capa de ozono, a diferencia de lo que ocurre en la Tierra. 

Por un lado, los científicos piensan que la presencia de percloratos en el suelo marciano es mala. Incluso muy mala, ya que los percloratos son tóxicos para las plantas, lo que significa que los asentamientos humanos en Marte no podrían utilizar el suelo de este planeta para los cultivos. Además, los percloratos absorbidos por el organismo pueden inhibir la actividad de la glándula tiroides, lo que provocaría hipotiroidismo. Es un veneno muy potente, e incluso una concentración tan baja como es un 0,5% es excesiva, puesto que en las condiciones de Marte, con sus frecuentes tormentas de polvo, este veneno inevitablemente se acumularía en los pliegues de los trajes espaciales, por lo que los colonos del planeta estarían bajo amenaza constante de intoxicación. 

Por otro lado, señalan los investigadores, los percloratos son aprovechables. El perclorato de amonio es un fuerte agente oxidante que se utiliza como componente de los explosivos, y también en el combustible sólido para cohetes. Esa característica permitiría que, a la larga, el combustible para volver a la Tierra consista en gran parte en esta substancia. 

Además, la descomposición del perclorato por calentamiento lo dividirá en cloro, nitrógeno y agua. Y el valor del agua en Marte es incuestionable, no solo por sí misma, sino también porque puede ser descompuesta en hidrógeno y oxígeno, y este último hará mucha falta a los futuros astronautas.