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sábado, 29 de septiembre de 2012
Las hienas saben contar
Las hienas tienen reputación de torpes y tontas. Sin embargo, aprenden a abrir cajas para conseguir comida, imitan a sus compañeras y son capaces incluso de contar. Un nuevo estudio que se publica en la revista Proceedings of the Royal Society B indica que estos animales son mucho más listos de lo que se pensaba hasta ahora.
Los investigadores realizaron diversas pruebas en las que las hienas debían abrir una caja llena de carne, y observaron que los animales utilizaban la técnica del ensayo-error para manipularlas.
“La mordieron, le dieron la vuelta, excavaron bajo la caja o
empujaron la tierra de su alrededor, entre otros métodos”, explica Sarah Benson-Amram de la Universidad
de Saint Andrews (Escocia). “Además, una vez aprendida la técnica, eran mucho más rápidas a la hora de volver a abrirla”, añade. Algunos individuos conseguían por sí mismos abrir la caja, mientras que otros imitaban a sus compañeros, y un último grupo se limitaba a sentarse cerca de alguno de los animales más avanzados a la espera de que estos compartieran su premio una vez logrado su cometido.
Además, los expertos encontraron que las hienas son capaces de evaluar el número de individuos de una especie competidora que invade su territorio y solo atacan cuando se encuentran en ventaja numérica frente a ellos. Las últimas investigaciones han incluido a cuervos, palomas y perros en el grupo de los animales capaces de resolver problemas .
“Ahora se puede añadir también el nombre de la hiena”, ha indicado Benson.
viernes, 28 de septiembre de 2012
EL DETERIORO DEL CEREBRO COMIENZA A LOS 45 AÑOS
No hay que esperar a cumplir los sesenta. Ciertas funciones del cerebro como la memoria, el razonamiento y la comprensión pueden empezar a deteriorarse a partir de los 45 años de edad, según sugiere un estudio publicado en la revista British Medical Journal (BMJ).
Tras estudiar la salud de 5.198 hombres y 2.192 mujeres, los resultados muestran que las puntuaciones cognitivas se redujeron en todas las categorías (memoria, razonamiento, fluidez fonológica y semántica), excepto en el vocabulario, y no hubo una disminución más rápida en las personas mayores. Asimismo, también revelan que, durante el período de estudio de 10 años, se produjo un descenso del 3,6% en el razonamiento mental en los hombres de entre 45-49 años y un descenso del 9,6% en los de 65-70. Las cifras correspondientes para mujeres fueron de 3,6% y 7,4%.
Los autores argumentan que la evidencia del declive cognitivo antes de la edad de 60 años tiene importantes implicaciones, ya que demuestra la importancia de promover estilos de vida saludables, en particular, la salud cardiovascular, ya que, según estudios recientes, “lo que es bueno para el corazón, también es bueno para la cabeza”.
CAFÉ PARA COMBATIR EL MAL ALIENTO
Científicos de la Universidad Tel Aviv acaban de demostrar que, lejos de causar mal aliento, el extracto de café puede inhibir el desarrollo de las bacterias de la boca que originan la halitosis.
“Todo el mundo piensa que el café causa mal aliento, y con frecuencia es cierto porque el café, que tiene un efecto deshidratante en la boca, cuando se mezcla con leche puede fermentar dando lugar a sustancias malolientes”, explica el microbiólogo y coautor del estudio Mel Rosenberg.
Sin embargo, para sorpresa del propio Rosenberg, sus últimos experimentos revelan que el extracto puro de café puede tener justamente el efecto contrario, inhibiendo el crecimiento de las bacterias que generan la halitosis.
Tras el descubrimiento, Rosenberg ha propuesto crear nuevos enjuagues bucales y chicles con extracto purificado de café que combatan el origen del mal aliento, en lugar de enmascarar el olor como hacen los actuales productos mentolados.
jueves, 27 de septiembre de 2012
LAS NUBES CADA VEZ ESTÁN MÁS CERCA DE NUESTRAS CABEZAS
Las nubes de la Tierra se han situado un poco más bajas (un 1 % de media) a lo largo de la primera década de este siglo, según revela un nuevo estudio basado en datos de los satélites de la NASA. Los resultados podrían tener implicaciones para el clima global.
Científicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) analizaron los primeros 10 años de mediciones globales de nubes a gran altura usando el Espectrorradiómetro Multi-ángulo de Imagen (MISR), un instrumento a bordo de la nave espacial Terra de la NASA. El estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, revela una tendencia general de disminución de la altura de las nubes. La altura promedio de las masas nubosas se ha reducido de 30 a 40 metros en los últimos 10 años.
El investigador principal, Roger Davies, afirma que, si bien el registro es demasiado corto para ser definitivo, proporciona un indicio de que algo importante podría estar pasando en la atmósfera terrestre. Aunque se requiere un seguimiento a más largo plazo para determinar los efectos del fenómeno sobre las temperaturas globales, todo apunta a que una reducción constante en la altura de las nubes permitiría a la Tierra enfriarse de manera más eficiente, liberando calor hacia el espacio y contrarrestando así los efectos del calentamiento global, que se volvería más lento. Está previsto que el satélite Terra continúe recopilando datos durante el resto de esta década. Los científicos han anunciado que seguirán de cerca los datos de MISR para ver si la tendencia continúa.
Científicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) analizaron los primeros 10 años de mediciones globales de nubes a gran altura usando el Espectrorradiómetro Multi-ángulo de Imagen (MISR), un instrumento a bordo de la nave espacial Terra de la NASA. El estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, revela una tendencia general de disminución de la altura de las nubes. La altura promedio de las masas nubosas se ha reducido de 30 a 40 metros en los últimos 10 años.
El investigador principal, Roger Davies, afirma que, si bien el registro es demasiado corto para ser definitivo, proporciona un indicio de que algo importante podría estar pasando en la atmósfera terrestre. Aunque se requiere un seguimiento a más largo plazo para determinar los efectos del fenómeno sobre las temperaturas globales, todo apunta a que una reducción constante en la altura de las nubes permitiría a la Tierra enfriarse de manera más eficiente, liberando calor hacia el espacio y contrarrestando así los efectos del calentamiento global, que se volvería más lento. Está previsto que el satélite Terra continúe recopilando datos durante el resto de esta década. Los científicos han anunciado que seguirán de cerca los datos de MISR para ver si la tendencia continúa.
HAY MÁS PLANETAS QUE ESTRELLAS EN LA VÍA LÁCTEA
Los planetas superan en número a las estrellas en la Vía Láctea, de acuerdo con un estudio astronómico publicado hoy en la revista Nature. Tras seis años de búsquedas, en los que se cartografiaron millones de estrellas, el equipo liderado por Arnaud Cassan, del Instituto de Astrofísica de París (Francia), ha llegado a la conclusión de que la existencia de planetas alrededor de estrellas es la norma, más que la excepción.
El hallazgo de Cassan y sus colegas se apoya en el uso de la técnica de micro lentes gravitacionales, la misma usada para el descubrimiento de una docena de planetas extrasolares. Concretamente, los astrónomos utilizaron observaciones proporcionadas por los programas PLANET y OGLE, en los que se detectan exo-planetas por el modo en que el campo gravitacional de su estrella anfitriona, combinado con el de los posibles planetas, actúa como una lente, magnificando la luz de la estrella de fondo.
Tras seis años de búsqueda, los investigadores han calculado que en nuestra galaxia existen alrededor de 100.000 millones de planetas. En promedio existen 1,6 planetas por estrella. Y son más numerosos cuanto menor es su tamaño. Concretamente, los astrónomos han llegado a la conclusión de que una de cada seis estrellas estudiadas aloja un planeta de masa similar a la de Júpiter, la mitad tienen planetas de masa similar a la de Neptuno y dos tercios tienen súper-Tierras. El cartografiado era sensible a la detección de planetas que estuvieran a una distancia de su estrella de entre 75 millones de kilómetros y 1.500 millones de kilómetros (en el Sistema Solar este rango incluye todos los planetas desde Venus a Saturno) y con rangos de masas que van de cinco veces la masa de la Tierra hasta diez veces la de Júpiter.
“Antes creíamos que la Tierra podría ser única en nuestra galaxia. Pero ahora parece que, literalmente, hay miles de millones de planetas con masas similares a la de la Tie-rra orbitando estrellas en la Vía Láctea,” concluye Daniel Kubas, co-autor de este artículo.
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