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miércoles, 17 de octubre de 2012

Cinco trucos de diseño de Facebook que afectan tus decisiones sobre la privacidad de tu perfil


Una de las mayores revoluciones que ha propiciado Internet ha sido el cambio de paradigma en los modelos de negocio de las empresas de servicio.

Con tan solo facilitar tu nombre, fecha de nacimiento, dirección de correo electrónico y algún otro dato personal, te puedes subscribir a redes sociales, bibliotecas digitales, servicios de mensajería electrónica y de llamadas por Internet, radio bajo demanda, tiendas online e infinidad de otros servicios sin coste alguno (exceptuando el consumo energético del computador y el servicio de acceso a Internet).

Pronto, el cobro por subscripción a servicios personalizados y bajo demanda pasó  de ser una razón de ser, a ser un impedimento para el futuro de las empresas, y aquellas que seguían cobrando a los usuarios por acceder a sus servicios han ido desapareciendo poco a poco.

Grandes compañías de internet, como Google, Instagram, Spotify y Twitter ofrecen sus servicios, en primera instancia, sin cobrar nada a sus usuarios por el uso de los mismos a cambio de que éstos últimos subscriban a dichas empresas algunos datos de carácter personal.

Lo que muchos usuarios no saben es que a la hora de subscribir sus datos a estas empresas y aceptar las condiciones del servicio que ofrecen, les están dando autorización a las mismas para que compartan esos  datos con sus socios y con terceros para fines comerciales y publicitarios.

El alcance de estos acuerdos no tiene límites, pues, por ejemplo, al subscribirte a Amazon, puedes comenzar a recibir correos publicitarios de empresas que desconoces y con las que nunca has tenido relación. Google, en su servicio GMAIL, ofrece publicidad personalizada a los usuarios a partir del contenido de los mensajes que reciben a través este servicio. Y así, infinidad de ejemplos. Ver imagen uno.

El volumen de negocios que genera este nuevo tipo de publicidad, adaptada a los intereses del usuario a partir de la información que ellos mismos facilitan, al seguimiento que hacen las empresas del comportamiento de sus usuarios a través de la web y al historial de navegación de los mismos es verdaderamente abrumador. Por ejemplo, de los USD$3,710 millones que generó Facebook en 2011, USD$3,150 millones fueron por publicidad, según informó la propia empresa.

En muchos países, y sobre todo en aquellos donde existe una regulación específica para los servicios en Internet y el tratamiento de los datos personales de los usuarios, se les exige a las empresas que,  para poder facilitar a socios comerciales y a otras entidades los datos de sus usuarios, deben obtener primero el consentimiento explícito e inequívoco para estos fines de las personas cuyos datos se verán afectados.

Algunas empresas son más ingeniosas que otras a la hora de obtener este consentimiento. Juzguen ustedes mismos si los siguientes cambios que ha aplicado Facebook a su diseño no tienen la intención de facilitar el consentimiento del usuario para la instalación de aplicaciones de terceros y, por consiguiente, la autorización para que estos últimos tengan acceso a los datos disponibles en el perfil del usuario implicado sin que éste tenga una idea clara de aquello a lo que se está comprometiendo.

1. Truco primer El truco del botón único. El diseño antiguo de acceso a datos  ofrecía la oportunidad de  elegir entre dos opciones, “permitir” y “no permitir”  que la aplicación en cuestión  accediera a nuestra información básica y a publicar en nuestro muro. El nuevo diseño sólo nos ofrece una, la de “jugar”. Hábil. ¿No? Ver imagen dos.

2. Truco segund El truco del texto en gris. El texto en gris significa que la información ofrecida  no es importante, ¿no?  Incluso recuerdo a mi profesor de historia en el bachillerato que nos comentaba que para el examen solo estudiáramos lo que estaba en negritas. Con el nuevo diseño, el detalle de aquello que estamos aceptando aparece en gris. ¿Será para quitarle importancia? Ver imagen tres.

3. Truco tercer El pequeño icono con el detalle de la información a la que permites acceso. En el anterior formato se mostraba claramente el detalle del contenido al que estábamos permitiendo el acceso. El nuevo diseño suprime toda esta información y se limita a ofrecer un pequeño signo de interrogación que solo quienes se percatan de que está ahí y hacen click en él  pueden conocer el detalle de la información que se está facilitando. Ver imagen cuatro.

4. Truco cuart El área de decisión. ¿Y si mostramos una imagen impactante de la aplicación que se va a instalar y justo a continuación mostramos el botón de aceptación, en un lindo bloquecito? Nadie se molestará en leer las condiciones que convenientemente se muestran fuera de ese bloque principal. Ver imagen cinco.

5. Truco quint El uso del lenguaje. ¿Para qué emplear  el lenguaje de tus padres si  puedes  usar el de tus colegas? Mejor “Jugar” que “Permitir” o “Autorizar”. Ver imagen seis.

Los datos personales se han convertido en la divisa de Internet y las empresas que dispongan de mayor cantidad de datos de sus usuarios, con algoritmos detrás que permitan agruparlos, discriminarlos, catalogarlos y asociarlos con el de otros usuarios, son las que actualmente se encuentran liderando los negocios en la gran red de redes.

El Código Civil de la República Dominicana, en su Capítulo II, sobre las condiciones esenciales para la validez de las convenciones, establece lo siguiente:

Art. 1109.- No hay consentimiento válido, si ha sido dado por error, arrancado por violencia o sorprendido por dolo. Art. 1110.- El error no es causa de nulidad de la convención, sino cuando recae sobre la sustancia misma de la cosa que es su objeto. Al analizar  estos dos últimos artículos de la legislación dominicana y considerando que el objeto de estas pantallas es obtener  la  aprobación del usuario para instalar en su cuenta de Facebook una serie de aplicaciones a cambio de que éstas puedan tener acceso a sus datos personales y a la información sobre sus amigos,  ¿Se puede considerar que la estrategia utilizada por Facebook para obtener nuestro consentimiento es ilegal?

Más allá de que consideremos que estas formas sean o no legales, lo recomendable es que cada uno de nosotros consulte la configuración de aplicaciones de nuestro perfil de Facebook para tener una idea clara de quienes tienen acceso a nuestros datos y  en  qué condiciones, pero más importante aún, que intentemos limitar la exposición de nuestros datos y de los de nuestros amigos en estas aplicaciones y por tanto, el acceso a nuestra información personal por entidades desconocidas y terceros.

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